top of page

La Historia...

​

El Cristo de Medinaceli es una talla de la primera mitad del siglo XVII de 173 cm de altura. Tallado en Sevilla para la Plaza Mámora en el norte de África, llevado hasta allí por Fray Francisco Guerra, franciscano y Obispo de Cádiz a cuya jurisdicción episcopal pertenecía Mámora, llamada por los españoles, San Miguel de Ultramar.

 

Allí se encontraba el Nazareno cuando el día 30 de abril de 1681 Mámora cayó en manos del Muley Ismael y su ejército, compuesto por más de 80.000 soldados, contra los 150 del ejército español. Los Capuchinos eran entonces capellanes de la Plaza.

​

Jesús Nazareno fue llevado como prueba del triunfo del ejército moro a la ciudad de Mequinez, siendo por orden del Rey Muley, arrastrado por las calles en odio a la religión cristiana y como si fuese de carne y hueso arrojado como comida para los leones.

Adentrarnos en la historia de Jesús de Medinaceli es recorrer el más emocionante periplo que una imagen puede llegar a aventurar. Prisionero y rescatado, humillado y venerado, cien veces copiado y nunca logrado. En general, una larga y emocionante historia, entremezclada con la leyenda, que finaliza en la Plaza de Jesús en Madrid, donde habita la devoción matritense más popular, la Flor de la Villa, su seña de identidad, el amor de sus amores, el Rey de entre los Reyes.

Esto fue contemplado por Fr. Pedro de los Ángeles, religioso trinitario que allí residía para consuelo de los cristianos. Ante estos actos y arriesgando su vida, se presentó ante el Rey prometiéndole el pago cuantioso de un rescate por la liberación de la Bendita Imagen. El Rey permitió al fraile custodiar a Jesús de Nazareno hasta el pago, advirtiéndole de que si no cumplía su promesa le quemarían vivo.

Los Trinitarios en España dieron cuenta de lo sucedido en Mequinez al Padre General, que nombró a los padres Miguel de Jesús, Juan de la Visitación y Martín de la Resurrección, como mediadores en las negociaciones para el rescate.

Cristo de Medinaceli arrastrado por las calles de Mequinez.

Autor: Juan de Valdés Leal 1.681 (Casa Ducal de Medinaceli)

​

​

​

​

La invasión Francesa con Napoleón Bonaparte al frente, avanza sobre Madrid, en 1808. La capilla de Jesús es tocada por la metralla enemiga. Un año más tarde el 18 de agosto de 1809, el rey intruso publica el decreto de supresión de todas las órdenes religiosas. Los Trinitarios abandonan el convento, pasando Jesús al de los Padres Basilios que también habían sido expulsados. A esta iglesia pasa en 1810 la titularidad de la Parroquia de San Martín. Aquí permanecerá N. P Jesús hasta el viernes día 7 de octubre de 1814, en que, por mandato del Señor Vicario Eclesiástico de Madrid, es conducido de manera privada para evitar incidencias nuevamente al convento de los Trinitarios.

​

Poco le duraría a N. P Jesús la calma de su capilla. En 1836, la Desamortización de Mendizábal suprime nuevamente la comunidad de Trinitarios a petición de la Real Esclavitud y con el permiso del Arzobispado de Toledo, la imagen es trasladada a la cercana Parroquia de San Sebastián donde permanecerá durante una década, momentos en que tras diversos avatares vuelve a su Capilla a petición del Duque de Medinaceli, ahora regentado por la Religiosas Concepcionistas  Caballero de Gracia, a las que seguirán las Agustinas y las Carmelitas de Santa Ana.

​

En 1890, hubo necesidad de derribar, dado su mal estado, el convento de los Capuchinos, de San Antonio del Prado y fue entonces cuando los Patronos de dicho templo, los Duques de Medinaceli, en conformidad con el Señor Obispo de Madrid, piensan poner definitivamente al frente de la capilla de Jesús a dicha Orden.

​

El 8 de junio de 1895, la Duquesa madre de Medinaceli, doña Casilda Salabert y Arteaga, en nombre de su hijo menor de edad, don Luis Jesús Fernández de Córdoba, Duque de Medinaceli, entrega la capilla de Jesús a los Capuchinos que se reencuentran con el Cristo que perdieron en Mequinez, tomando posesión de la capilla y el convento el día 7 de julio del mismo año y siendo nombrado primer Rector el Padre Joaquín María de Llevaneras.

​

La comunidad cree enseguida insuficiente la capilla de Jesús Nazareno, pensando en levantar un templo de mayores dimensiones. Se comienza construyendo el convento actual, inaugurándose el 2 de agosto de 1920. Dos años después se inauguró una capilla provisional para el culto a N. P Jesús, hasta la construcción de un templo mayor, que comenzará a construirse en 1927, estando listo para su solemne consagración tres años después.

​

Un largo viaje espera nuevamente a N. P Jesús en el triste año de 1936, cuando estalla la guerra civil y las continuas revoluciones acontecidas afectarán a Jesús Nazareno y a su normalidad.

​

Debido a la situación beligerante de la época, los religiosos deciden ocultar la Sagrada Efigie, siendo enterrada en los sótanos, hoy Cripta de la Basílica menor, dentro de una caja de madera de roble realizada para tal fin envuelto entre sábanas para protegerlo de la humedad. Eran las 10 de la noche del 17 de julio de 1936.

​

El Santuario es utilizado bastión de defensa por parte del bando republicano, corría el mes de febrero de 1937, alojándose en él un batallón comandado por "Margarita Nelken", que debido a la escasez de combustible y la prohibición por parte del capitán de quemar los bancos, los soldados buscan y rebuscan tablones de madera en los sótanos, dando con la caja de roble que albergaba a N. P Jesús. El capitán del batallón don José Escudero comunicó el hallazgo al jefe del batallón, don Juan Manuel Oliva, que al comprobar que se trataba del Nazareno, procedió a comunicar el hallazgo a la junta de Defensa de Madrid. La imagen fue llevada a una sala, donde se le despoja de sus vestiduras, para proceder a su secado,ya que la humedad empezaba a hacer estragos, sobre todo en la policromía de los hombros. El batallón la custodió con todo respeto y cariño, deseando el capitán que permaneciese en el convento para demostrar así su devoción al Cristo. Encontrándose en el Convento, Margarita Nelken propuso la idea de enviar la imagen al País Vasco, con el fin de  no interrumpir su culto y así mostrar su devoción, pero tras ver cómo se iba desarrollando la contienda, seis días después del hallazgo, N. P Jesús Nazareno fue embalado y entregado a la Junta del Tesoro Artístico, comenzando para el Nazareno un sexto viaje para así ponerlo a buen recaudo, cabe destacar que fue esta misma Junta del Tesoro la encargada de velar por los tesoros que albergan hoy el Museo del Prado.

​

La primera parada será la Iglesia del Patriarca en Valencia, donde, junto al resto del Tesoro, permanecerá hasta marzo de 1938. Ante el avance de las tropas nacionales, sale con dirección a Cataluña en un convoy de ocho camiones. Allí permanecerá durante 2 meses.

​

El 3 de febrero de 1939, Barcelona es tomada por las tropas nacionales. Ante el peligro de enfrentamientos sale nuevamente junto al Tesoro hacia Ginebra, poniendo a Jesús en el primer camión de los muchos que componían el convoy para que los protegiera. En Caret, se traspasaron las obras a un tren especial, llegando a la ciudad de Suiza el 12 de febrero de 1939.

​

Al final de la contienda, y como representante del Gobierno, don Fernando Álvarez de Sotomayor, antiguo Director del Prado, llega hasta Ginebra, para hacerse cargo del Tesoro y restituirlo a España.En Madrid se ha filtrado la noticia, que ya conocen tanto el Obispo de Madrid-Alcalá como la Comunidad  que N. P Jesús Nazareno está a salvo  y que pronto volverá a estar en la Villa.

​

​

​

​

Fresco en la iglesia de la Trinidad de Algorta (España)
Representación de la leyenda del Rescate
Foto: Fr. Sergio Pereira O.SS.T.

Fueron rescatadas en la decimocuarta redención de los Trinitarios Descalzos, 17 imágenes, de las cuales la más famosa es la de Jesús Nazareno Rescatado, venerada hoy en su propio santuario en Madrid.

No se sabe ni consta documento alguno sobre la fecha de la liberación por parte de los infieles de Jesús Nazareno. La constitución de la Real Esclavitud se fecha el 28 de enero de 1682, pidiendo que en ese día todos los esclavos realizasen Comunión General "en memoria de haber sido en el que quedó por propia de la Religión y enajenada de los infieles la Santísima Imagen de Jesús".

El 21 de agosto de 1682, tras pasar de Mequinez a Tetuán, de allí por Ceuta hasta Gibraltar, para llegar a Sevilla y de allí a su Madrid, siendo recibida en la Villa y Corte por una gran multitud de fieles que le dieron su primera advocación popular, "Jesús del Rescate", luciendo ya para siempre su inconfundible escapulario trinitario de la Orden Descalza que le había redimido.

​

La Sagrada Imagen fue entronizada en la iglesia de los padres Trinitarios Descalzos donde, en 1689, se levantó una capilla contigua al templo sobre un terreno donado para tal fin por los Duques de Medinaceli. Posteriormente, fue ampliada para un mayor culto, en 1716, esta vez gracias a la generosidad del Excmo. Señor. don Nicolás de Córdoba, Duque de Medinaceli.

El día 10 de mayo de 1939, Jesús Nazareno, nueva­mente rescatado, sale de Ginebra con dirección a su ciudad, que le espera con impaciencia. Pasa Jesús Nazareno por Francia, Irún, País Vasco, Castilla para detenerse en Pozuelo de Alarcón. En esta estación le espera una representación de los Padres Capuchinos, la Junta de la Real Esclavitud y un grupo de fieles. Al descender la caja que guarda al Nazareno, engalanada con la bandera de España, recibe honores militares, antes de entrar en el coche que la llevará a la Iglesia de la Encarnación, donde llegará a la 1 de la madrugada del día 14. ¡Ya está Jesús en Madrid!

​

Toda la ciudad estaba en las inmediaciones de la Encarnación y sus calles adyacentes el domingo 14 de mayo, víspera de San Isidro, cuando a las 16.30 de la tarde se abrían las puertas del céntrico templo, saliendo Jesús al encuentro con los suyos, al son del himno nacional. A hombros de cuatro capuchinos revestidos para la ocasión, va Jesús Nazareno en la procesión más multitu­dinaria jamás vista hasta entonces, camino de su casa. Muchachos de diversas organizaciones juveniles, por­taban palmas llegadas para la ocasión de Elche. Los capuchinos de Madrid y de El Pardo, presididos por el Padre Provincial Agustín de Carnicero, y con él, el Gobernador militar de Madrid, Sr. Espinosa de los Monteros, el Alcalde, el Presidente de la Diputación... cerrando el cortejo una multitud de fieles, algunos descalzos y otros de rodillas, en cumplimiento de su promesa, y todos dando gracias al Señor 

por encontrarse vivos y poder contemplar tan sublime momento, el encuentro de Madrid y su Imagen Venerada. Ya en casa, Jesús de Medinaceli recibe el caluroso homenaje de su pueblo. Flores, cera, discursos de agradecimientos y, con lágrimas en los ojos, su querida Esclavitud.

​

Si desea ver el mapa de los viajes​ de Nuestra Venerada imagen, pulse sobre el mapa

​

Ésta fue fundada el día 16 de marzo de 1710, siéndo­les aprobadas sus primeras Constituciones y Ordenanzas, el 2 de septiembre del mismo año, titulándose Real (por devoción de los monarcas a esta imagen desde Fernando VII a Felipe VI) Congregación de Esclavos de Jesús Nazareno, añadiéndose un año mas tarde, de la Santísima Trinidad, Redención de Cautivos, con objeto de que pudiese ser agregada a la Orden Trinitaria y gozar así de los mismos privilegios espirituales. Hoy son más de 10.000 miembros, teniendo hermandades filiares en la práctica totalidad de las provincias españo­las e incluso en el extranjero, como la de Miami.

​

En el año 1724, se formó una nueva Hermandad, diferente a la esclavitud, cuyos estatutos fueron aprobados por el Consejo de Castilla en 1798. Esta Hermandad debió subsistir hasta la enclaustración de las órdenes religiosas en 1835.

​

Los Padres Capuchinos y la Real Esclavitud cuidan día a día de esta joya de Madrid, tan ligada al transcurrir de la Villa, constantemente visitado por sus fieles y devo­tos y organizando cada Viernes Santo la popular proce­sión que desde 1697 nunca ha faltado a su cita, bien de madrugada o ya en la tarde. Solo, o en la Procesión​ General o del Santo Entierro, N. P Jesús se ha entremezclado con sus gentes y ha recorrido su ciudad, qi se rinde a los pies durante todo el año, de este Varón  Dolores.

​

REFERENCIA PATRIMONIAL

​

Como es de imaginar con la devoción que se profesa a esta Imagen Sagrada, son innumerables los devotos obsequios con que se premia tantos favores concedidos y tanta paz lograda a través de su mirada.

​

La imagen data del siglo XVII, salida probablemente de los talleres sevillanos de Ocampo o de la Peña, siendo en 1997 minuciosamente restaurada.

 

Representa a un Ecce Homo, en el momento evangélico, en que es presentado por Poncio Pilato al pueblo, desde el lithóstrotos, Jn. 19,4-7. Es de talla completa, sin faltarle en su policromía ningún detalle y mostrando un sencillo paño de pureza, pudiendo ser presentada sin vestir. De mirada sufrida y paciente, talla encorvada por el dolor de su flagelada espalda, coronado de espinas y amarrado. Aunque la conocemos con el pelo natural tiene debajo una soberbia cabellera tallada

​

Tanto para cubrirle en su camarín, como para la salida procesional del Viernes Santo, Jesús cuenta con un valioso ajuar que brevemente pasamos a detallar:

​

La ropa interior toda en seda, más de una treintena de túnicas, que esperan en el vestidor, el momento privi­legiado de cubrir a la Sagrada Imagen. Por la filigrana de los bordados, siempre en oro, destacan la que en 1846 le regaló el Rey Don Francisco de Asís, con motivos de la Pasión. Igualmente destacan la regalada en 1883, por la entonces Duquesa de Medinaceli. La mayoría de las restantes, son posteriores a la Guerra Civil, todas bordados en exclusiva por las Adoratrices de Madrid.

​

Para grandes ocasiones, tales como el primer viernes de marzo o la Procesión del Viernes Santo, luce Jesús corona en oro macizo de más de medio kilo de peso, con piedras preciosas, elaborada en 1956 por joyeros madrileños y sufragada por Esclavos y devotos. Para diario cuenta con tres coronas en plata dorada y una de espinas naturales.

​

Posee una amplia colección de escapularios, destacando uno en oro y piedras preciosas, ela­borado en 1957, para lucir junto a la corona de igual metal.

​

Para la procesión, N. P Jesús es portado en un soberbio trono de mas de 4 metros de altura, en madera tallada v dorada. En cada esquina, 4 artísticos ángeles sujetan los candelabros de guardabrisas. En la parte superior y media del trono, se disponen altares y ornamentos de la pasión. Todo el con­junto se debe al artista de la madera don Francisco Palma Burgos, que lo realizó en 1944, siendo sufragado a partes iguales por la Archicofradía, los RE Capuchinos y la Casa Ducal de Medinaceli. Entre 1997 y 1998, ha sido totalmente restaurado. Los faldones son bordados en oro, con los escudos de la Archicofradía, los Capuchinos y los Trinitarios, realizados por las Adoratrices de Madrid.

​

En el año 2.017, se empezó una nueva restauración especial en el Taller de Arte Religioso de Salmerón, añadiendo doce andas, (seis en la parte delantera y otras seis en la trasera) con el fin de que fuera portado  a hombros por su cuadrilla de hombres y mujeres de TRONO por las calles de Madrid, finalizando la misma para su Estreno y Bendición el  Viernes Santo de 2.018 (30 de Marzo), esta restauración no se hubiera podido llevar a cabo sin la generosidad de una devota, al esfuerzo tanto de la fraternidad capuchina, y a la Archicofradía como de aquellas personas anónimas que han colaborado para llevarla a buen termino.

​

Entre otros muchos ornamentos regalados para su culto, destacan la colección de candelabros en plata repujada, donados por la Condesa de Gavia, procedentes de su palacio del P° de la Castellana.

bottom of page